Cuando planificas tu viaje a Orlando y te enteras de los precios de los parques, te planteas visitar Disney o Universal, porque el primer día de ambos ya es un sablazo importante que solo se atenúa a medida que pasas más de un día en alguno de ellos.
El imperio Disney y el imperio Universal pelean en medio del calor y la humedad de Orlando por el bocado del ocio familiar diferenciando sus marcas, ofreciendo una cartera de parques significativa en la que te obligan -por el precio- a elegir: o eres de Disney o eres de Universal, porque los 120 euros por persona el primer día no te los quita nadie. Luego, a medida que vas sumando días, el precio se reduce muchísimo, pero… ¿Y si quieres pasar 2 días en Disney y 2 en Universal como era nuestro caso? Pues o preparas la cartera o eliges.
Elegir desde España para nosotros fue muy complicado. En la agencia de viajes nos aconsejaban ir solamente a uno (es lo que suele hacer la mayoría), pero… ¿a cuál? ¿A Disney o a Universal?
Para nosotros este tramo de Orlando era casi el final de un viaje largo por Canadá y USA. No queríamos desaprovechar la oportunidad de visitar los parques con los niños. No nos imaginábamos planificando un viaje de nuevo para ir exclusivamente a los parques de Orlando, habiendo estado ya en Eurodisney, así que era la ocasión perfecta.
Estuvimos valorando muchísimas opciones y dudando bastante. Lo que teníamos claro es que los parques de Harry Potter iban a ser una visita obligatoria, porque nos encanta la saga a toda la familia, así que lo de Universal estaba claro desde mucho antes. Pero… ¿cómo no íbamos a ir a Disney una vez allí? Otra cosa que teníamos cristalina era el tema del fast pass. Siempre que viajamos pagamos este suplemento (en parques o atracciones turísticas que lo ofrecen) porque sabemos, por experiencia, que merece mucho la pena.
Después del cálculo de algoritmos, al final dimos con la que nos pareció la mejor opción para no perdernos nada y no arruinarnos en el último tramo de nuestro viaje. Y fue la siguiente: combinamos las entradas de los parques de Disney y de Universal con los hoteles de ambos parques, lo que nos daba derecho a fastpass gratuito. Así, acabamos disfrutando de 4 días en los parques y 3 noches por 2.700 euros los cuatro (dos adultos y dos niños de 7 y 4 años).
Entre Universal y Disney nos gustó más…
Para nosotros no hubo color entre unos parques y otros, y para el resto de nuestra familia (mis hermanas y mis sobrinos viajaban con nosotros) tampoco. Hubo consenso en afirmar que tanto los parques de universal como sus servicios y sus hoteles daban unas cuantas patadas a los de Disney.
The Wizarding World of Harry Potter fue probablemente el parque más sorprendente de todos los que hemos visto en nuestra vida. Sus calles son una reproducción fiel de la película. Poner los pies en él es tan mágico que te sientes parte de aquel lugar. Además, cuenta con una de las mejores atracciones de todos los parques: the forbidden journey, que se encuentra dentro del castillo y es una verdadera pasada para casi todos los públicos (estatura mínima 120 cm).
En Universal disfrutamos de los parques de Universal Studios y Islands of Adventures. Nos dejamos Volcano Bay pues era un parque acuático y de este tipo hemos visitado ya muchísimos -había que elegir porque aunque el ticket te daba derecho a la entrada de todos los parques de Universal, el tiempo era limitado-. Ambos parques nos parecieron muy superiores a los de Disney. Las atracciones eran mucho más atractivas y emocionantes.
Fast pass, una de las decisiones más importantes
Incluir el fast pass a tus entradas es una verdadera pasta tanto en Universal como en Disney, pero descubrimos que si te alojabas en los parques, el fastpass era gratuito, así que finalmente nos decidimos por esta opción.
El fastpass en los parques de Universal fue realmente, como su palabra indica, un pase rápido. Pudimos disfrutar cada día de todas las atracciones del parque, sin renunciar a nada y con colas máximas de 30 minutos -en la mayoría, unos 15 minutos-.
La experiencia fue absolutamente contraria en Disneyworld. Cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa de que el fastpass te da derecho a reservar una sola atracción en tramos de dos horas, con un límite de personas. O sea, un desastre. Para empezar, la app fallaba muchísimo, por no decir los problemas que se encuentra un extranjero con su conexión a internet en USA y, para continuar, nunca había sitio en ninguna atracción. Así que, en nuestra opinión, fue una completa estafa. De fastpass nada. No pudimos subir a ninguna atracción que mereciera la pena toda la familia a la vez.
Cuando te encuentras con una situación como esta es cuando te preguntas en qué momento ha pensado Disney que te sobra la pasta para tirarla así.
Hay que tener en cuenta que en Florida hace un calor horroroso, con una sensación térmica debido a la humedad mucho mayor que en cualquier zona del mundo con idéntica temperatura. El fastpass puede ser una decisión que lo cambie todo en el viaje -para bien o para mal-.
Nos alojamos en el Hard Rock y en Animal Kingdom Lodge
Mentiría si dijera que elegimos los hoteles por su sofisticación o sus servicios. Elegimos ambos en función del precio, pues los dólares van corriendo a lo largo del día como la espuma en viajes como estos, así que miramos hasta el último céntimo cuando realizamos la reserva.
Quizás el Hard Rock de Universal fue un poco más caro y también fue el mejor de los dos. Las habitaciones amplísimas y muy bonitas, el complejo precioso y a muy pocos pasos de los parques -como 500 metros-.
El Animal Kingdom Lodge de Disney era más bien tipo hostal pero a lo grande, con habitaciones viejecillas pero limpias. Es cierto que para dormir tampoco se necesita mucho más, después de un día agotador, pero al venir de haber pernoctado en las súper camas del Hard Rock, pues se acusaba más la diferencia.
Otro hándicap del hotel de Disney es que estaba como a 5 km de los parques. Hay autobuses gratuitos cada 15 minutos, eso sí. Pero si te dejabas algo -como nos sucedió a nosotros- la broma de ir y volver era terrible.
marina bambina 